Sinopsis
Rulito, un ladronzuelo de los bajos fondos de una mítica ciudad sudamericana llamada Nostalgía, huérfano de toda la vida, hace gala de un talante soñador y una imaginación frondosa sólo limitados por su ignorancia. Sin embargo, su verborrea lo ayuda a engañar a propios y ajenos, y echando mano de recursos poco ortodoxos, pero a la vez originales, logra malvivir gracias a diferentes "cuentos del tío".
Cansado de las limitaciones que su medio le impone, decide saltar a Europa donde las circunstancias lo ligan a otros buscavidas como él, con los que vaga por Madrid, Barcelona y París hasta que, rechazados por una sociedad que sufre vertiginosas transformaciones, éste se quiebra víctima de su propia mitomanía.
Entrevistas y notas en la Web
Notas y entrevistas recientes:
Crítica en el diario "La República" sobre Marginautas http://www.larepublica.com.uy/comunidad/446190-los-cotidianos-paisajes-de-marginacion-social
Comentario de Alejandro Michelena sobre Marginautas, publicado en "La Jornada", de la UNAM de México (segunda nota comenzando desde arriba) http://www.jornada.unam.mx/2011/01/02/sem-leer.html
Las impresiones del colombiano Marco Tulio Aguilera sobre "Marginautas" - http://mistercolombias.blogspot.com/search/label/Guidali
Universidad Veracruzana - http://www.uv.mx/noticias/filu2010/250910-marginautas.html
Notas y entrevistas correspondientes al lanzamiento en París - Mayo-2010
Instituto Veracruzano de la Cultura - http://www.culturaveracruz.net/articulo.php?idarticulo=845
Youtube / Video Lanzamiento en París - http://www.youtube.com/watch?v=z9Bwq4kYeoA
Televisión Educativa Iberoamericana (nota del 25/05/10) - http://www.atei.es/nci/pages/nci_trasloslibros.asp?rage=63
Radio France Internacional - http://www.espanol.rfi.fr/cultura/20100611-adolfo-guidali-marginautas-o-la-novela-neopicaresca
Diario Xalapa - http://www.oem.com.mx/diariodexalapa/notas/n1628890.htm
El Financiero - http://www.elfinanciero.com.mx/ElFinanciero/Portal/cfpages/contentmgr.cfm?docId=262076&docTipo=1&orderby=docid&sortby=ASC
Agencia Informativa Veracruzana - http://www.agninfover.com/noticia.php?id_noticia=8140
Crónica de Xalapa - http://www.cronicadexalapa.com.mx/nota.php?nId=10605
La Política de Veracruz - http://www.lapolitica.com.mx/?p=46174
En El Show - http://enelshow.com/news/2010/05/13/26555
uruguayos.fr - http://www.uruguayos.fr/Presentacion-del-Libro-Marginautas
Proyecto Veracruz - http://www.proyectoveracruz.com/?p=12430
Más abajo, los personajes de Marginautas entrevistan a Adolfo Guidali
Entrevista de los personajes de Marginautas a Adolfo Guidali
- Adolfo Guidali: Para comenzar, quiero agradecerles su presencia aquí en mi casa de París, que creo que ninguno de ustedes conocía porque mientras escribía Marginautas vivía en otro lado, en Saint Germain en Laye. Espero que disculpen la falta de espacio y que más que una entrevista esto se convierta en un diálogo ameno.
- Horacio Pollio: Si me permite, al margen de que los otros personajes tomen en algún momento la palabra, durante la mayor parte de la conversación, en tanto periodista, voy a llevar la voz cantante.
- AG: En la medida de lo posible, aunque sé que para algunos puede ser difícil, preferiría el tuteo. Veo que ha vuelto, perdón, que volviste, si estás de acuerdo, a ejercer el periodismo. ¡Me alegro mucho!
- HP: ¡Bueno! Está aquello de que “siempre se vuelve al primer amor”. Decidí quedarme a vivir en Europa y ha sido una manera casi inevitable de ganarme la vida. No me quejo, hago algo que me gusta, y, sin ofender, al final de la novela me habías dejado medio en pelotas y salí a buscarme la vida.
- AG: Te entiendo en la medida que a mí también me pasó algo así. Es más, diría que el periodismo fue un accidente inevitable en mi vida. A veces no es fácil. Tú que lo habías abandonado podés entender perfectamente qué significa esto que te digo. Eso sí, disculpame una cosa, pero yo no te dejé para nada en bolas, todo lo que hiciste fue decisión tuya.
- HP: ¡Humm! En tanto somos fruto de tu creación me parece que estás eludiendo tus responsabilidades. En definitiva, hacíamos lo que pasaba por tu cabeza y por lo tanto escribías para nosotros.
- AG: ¡Perdoname, pero no estoy de acuerdo! La mayor parte de las veces fueron sus decisiones, a veces caprichosas, sin ofender, las que determinaron el derrotero de la historia. Yo, además, escribía para un potencial lector y no para ustedes. Puse muchas ideas, mi prosa, pero ustedes me complicaron infinidad de veces. No lo digo como un reproche. Esto es apenas una reflexión mínima sobre el oficio de escribir, que es lo que más me gusta en la vida…
Eso sí, me extraña que tú, con tu formación intelectual y académica, tu experiencia y otros atributos, que te convertían en el más independiente de todos ustedes, seas quien me critique.
- HP: Quedamos desde el principio en que soy portavoz del resto. Lo que te dije es algo que compartimos todos, o casi todos los personajes de Marginautas. Podés preguntarles… Salvo a los que no vinieron, claro. Sólo hice una referencia a lo que a mí me tocó al final en suerte.
- AG: ¿No crees que cometiste ciertos desviacionismos? Esa suerte que me reprochás la provocaste vos mismo en cuanto empezaste a transgredir una serie de principios que para vos eran inquebrantables. De ahí, más otras cuestiones coyunturales, se dieron las posibles disfunciones. ¿No estás de acuerdo?
- HP: Pero, ¿quién entrevista a quién? Estás pontificando, tu discurso es soberbio. ¿Nunca fuiste capaz de ponerte en mi lugar o en el de cualquiera de los otros?
- AG: Permanentemente, en todo momento. Y, con el perdón de los demás, mucho más en el tuyo que en el de cualquier otro. Por supuesto, intenté muchísimo comprender a Rulito y se me escurría con suma facilidad. ¡Por cierto! ¿Alguien sabe qué fue de su vida?
- Mesalina: ¡Vos lo mataste! ¿Qué te venís a hacer el oso? Y yo también tengo cosas para decir, porque también me quisiste matar…
- AG: Te equivocás Mesalina, Rulito, al menos que se sepa, en ningún momento murió. Tal vez sufrió algún accidente, no sé, eso es posible. Pero, no estoy aquí para contar la novela sino para charlar con ustedes. Tú estás aquí, y, si alguien también tenía que estar hoy aquí es él. No sé si alguno de los otros que no vinieron hoy está muerto. No les seguí la pista a todos. En algún caso, quizás por vejez, pero no soy de andar matando personajes porque sí, me da mucha pena.
- Guillermo Castro: Yo no iba a venir a esta reunión porque la participación que me diste en la novela no me termina de convencer. Al final, sólo vine porque también vivo en París. Me utilizaste como un “Joker” en los momentos más álgidos y poco más. Pero, respecto a lo que dice Mesalina, creo que todos somos un poco Rulito en este momento. Marginautas no existiría sin él, y por ende tampoco estaríamos todos nosotros acá.
- AG: ¡Seguramente! Debo reconocer que según avanzaba la trama se me escapó de las manos, fue cobrando una dimensión inesperada y por lo tanto un rol fundamental. Pero esto no es una película, por lo tanto hay más de un protagonista. Tengo que aceptar que se volvió clave, también que le tomé mucho cariño, pero no siempre cumplió con las expectativas. Te voy a confesar algo, y no es para consolarte, a vos no te voy a vender un verso. Mi idea de novela primigenia era una especie de contrapunto entre vos y Horacio. Quizás, algún día…
- GC: Cuando quieras hablamos…
- Mesalina: Si Horacio, que ya tuvo demasiada participación en la otra es el patrón de la trama nueva, yo me voy a la mierda. Con este señor yo no trabajo. No nos vimos nunca y al pobre Rulo le decía cosas desagradables de mí. Es un homófobo, todavía peor con un regio travesti como yo.
- HP: Perdoname Mesalina. Yo nunca me metí contigo como persona. No tengo nada contra tu identidad sexual ni contra tu sexualidad, ni nada para decir de ti porque, como bien dijiste, no tuvimos el placer de conocernos. Si Rulito no insistió más para que te descubriera, allá él, yo lo que criticaba era tu manera de ganarte la vida. Lo demás, “no problem!”. Otra cosa, más bien pensá en que el hecho de que estés hoy acá es un verdadero milagro.
- AG: ¡Ché, perdonen! Pero creo que se están yendo de tema y, como ya dije, no se trata de contarnos entre nosotros la historia, sino nadie va a querer leer el libro. Sigamos proseando.
- El Coco: Acá el señor escritor tiene razón. Además yo vine porque me dijeron que iba a haber vino francés, y llevamos un buen rato a pico seco.
- AG: Horacio, por favor encargate de los vasos que están en un estante en la cocina, a simple vista, yo descorcho las botellas. Hasta que los Bourgogne no recuperen su mejor nivel de antaño, en esta casa sólo se sirve vino de Bordeaux.
- El Coco: El que sea patrón, pero a esta hora, y a cualquier otra, hay que llevar algo al garguero.
- AG: No se preocupe, Coco, desde que supe que usted venía, y en agradecimiento a sus muy buenos servicios a la novela, me encargué de que hubiera vino suficiente. Por ahí también puede haber algo más espirituoso.
INTERMEDIO: el escritor y sus personajes brindan entre ellos. Se hacen algunas necesarias presentaciones.
- AG (acercándose a un gordo enorme): Disculpe, pero creo que no nos conocemos.
- Gordo: Me voy a explicar, me llamo Retroceso. Tuve una participación muy puntual en su novela junto a varios compañeros, como le diría, con fisonomía muy parecida a la mía. Usted estaba muy ocupado y nosotros aparecíamos apenas unos segundos. Me acuerdo que se acercó nos saludó y nos dijo que tuviéramos cuidado, porque si no seguíamos las instrucciones del Coco podía haber algún peligro. Después, con éste terminamos haciéndonos grandes amigos y por eso me invitó.
- AG: ¡Bienvenido a mi casa! Después me refresca un poco en la memoria aquel momento.
- Retroceso: ¡Uhh! ¿Refrescar? Mire que era más bien cálida la cosa, medio infernal.
- HP: ¿Qué tal si seguimos con la charla? Yo reconozco algunas debilidades, pero no me gusta que me endilguen prejuicios.
- Madame Doris: ¡Prejuicios y debilidades al mismo tiempo! He vivido en medio de esa basura toda una vida. Para colmo, pensar, tuve uno de los mejores cabarets de Barcelona, y ahora mi barrio se ha vuelto burgués y ya casi nadie entra. Ni siquiera los ’gays’, como les dicen ahora. Los de mi mejor época perseguían marineros en el puerto y los traían a mi negocio, los de ahora se casan entre ellos y pasean perros afganos.
- AG: ¿Qué tal, cómo está Dorita? ¿Cómo está su marido Pep?
- MD: ¿Ése? Se fue a vivir con el homúnculo aquel que controlaba las luces y el sonido del local. ¡Un par de cocainómanos!
- AG: Disculpe, Doris. No quiero ser indiscreto, ¿pero, su marido no era más bien pedófilo?
- MD: ¡Así es! Pero decía que el liliputiense ése era como un niño eterno. ¿Quién sabe desde cuándo me engañaban?
- AG: Lo lamento mucho. Ahora bien, ¿porqué no convierte su cabaret en un bar “fashion”? El “Kitsch” siempre tuvo sus adeptos en todas partes.
- MD: No sabe el esfuerzo que hice para venir a París. Por suerte hay descuentos en los pasajes a partir de la mediana edad.
- HP: Nos estamos yendo por las ramas y disgregando en charlas personales que nadie entiende ¿Qué tal si nos centramos en una conversación colectiva?
- Doña Rosa: ¡Sí! Pero de la misma manera que esta señora se quejó de sus problemas, yo quiero hablar de los míos. El televisor de mi pensión ya no da más de sí y los huéspedes se me quejan. Mi marido está peor que nunca, a pesar del invento aquel de Don Rulo, al punto que no lo traje porque nos asfixia a todos acá adentro.
- EC: ¡Rosa! Sacá los morlacos (pesos) de debajo del colchón y comprá de una vez un televisor de pantalla plana. Si la guita a vos te sobra. Y si Cosme sigue igual no es culpa del invento de Don Rulo, que es una auténtica maravilla. ¡Un prodigio de la humanidad!
- AG: Doña Rosa, quizás la solución para don Cosme pase por visitar a un buen gastroenterólogo.
INTERRUPCION: Se escuchan cantos y ruido en el lobby de la planta. Se abre la puerta y aparecen el propio Rulito y Atila Espantoso abrazados entre ellos… (alguien grita: “¡Gardel!”).
- GC: ¿Pero, cómo, no era que estos dos no se podían ni ver?
- Rulito: Eso fue en la novela ésa, que escribió este señor. Nos encontramos acá cerca, nos tomamos unas copas en un boliche e hicimos las paces. Además, hasta estamos craneando juntos algunos proyectos financieros.
- HP: ¡Cuánto me alegro! Pensar que casi me sacan canas verdes.
- Rulito: ¡Horacio, qué felicidad volver a verte! ¿Qué decís, cómo está la loca aquella de Chantal?
- HP: Acá me ves. Encantado con este encuentro. Lo primero que hice fue preguntar por vos. Chantal dice que prefiere no juntarse con la gente de esta novela.
- Rulito: ¡La muy falseta! Hablando de novelas. Don Adolfo, me dijeron que por fin nos van a publicar. ¡Bravo, al menos uno que picó! ¿Y eso, dónde?
- AG: ¡Estoy muy contento! Se trata de la editorial de la Universidad Veracruzana de México. Es muy prestigiosa.
- Rulito: ¿Y todos vamos a viajar a México?
- AG: ¡Si quieren, están todos invitados! Xalapa es una ciudad preciosa y, si se toman los días suficientes, pueden viajar por casi todo el país.
ACLAMACION: Un aplauso y comentarios animosos.
- Mesalina: ¿No está pensando en escribir alguna otra novela? A mí me dio la impresión de que en Marginautas a veces nos agarra un poco para el churrete, para la joda. No sé, es mi opinión. ¿En la próxima vamos a estar todos, cómo va a ser?
- AG: Todavía no hice el casting, pero no creo que haya lugar para todos, porque hay situaciones superadas que no tienen vuelta. Precisamente, ante lo más duro e irreversible a veces busqué un perfil humorístico, o si preferís llamale una perspectiva irónica, para contar cosas que de otra manera podían haber resultado bastante deprimentes.
- Atila Espantoso: Si nos lanzamos a concretar proyectos propios, ¿usted nos va a ayudar? Me refiero a nivel económico.
- AG: Sí, bajo ciertas condiciones. Lo primero es que sean iniciativas éticas, para nada especulativas como hubo algunas en Marginautas, toleradas in extremis a causa de las circunstancias. Tampoco se alineen con el facilismo del capitalismo, eso a la larga se les puede volver en contra y pasarles factura. Busquen crear proyectos de desarrollo sostenible, de dimensiones lógicas, a escala humana…
Por supuesto, mi eventual ayuda depende de los derechos de autor que perciba.
- HP: Y para cerrar esta charla-entrevista, dado que ya queda muy poco vino. ¿Cómo podemos ayudar nosotros a concretar esta ayuda?
- AG: Obrando de tal manera que Marginautas se venda mucho. Pueden comentarla, recomendarla entre sus parientes y amigos. El boca-oreja es muy importante. Pero mucho más importante que un eventual éxito editorial, es que trascienda todo aquello que en ella quisimos decir y compartir.
¡Muchas gracias por esta visita! Espero que volvamos a vernos pronto.-
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